¿Porqué hay que trasplantar un bonsái?
Los bonsáis son olivos, olmos chinos, manzanos, carmonas, pinos, ficus, azaleas, almendros… como cualquier otro que podríamos encontrar en la naturaleza, no son especies diferentes que por si sean de tamaño menor. Son árboles que se han ido adaptando para que puedan vivir sin ninguna complicación en una maceta. Para provocar esta adaptación hay dos técnicas clave: la poda (o pinzado) y el trasplante. Estas dos técnicas nos permitirán adaptar el árbol a su ambiente reducido y a la vez permitir que en cada floración tenga margen para crecer sin perder el equilibrio. Si el árbol recibe suficiente luz conseguiremos que acabe generando una brotación de hojas muy pequeñas, algo muy preciado entre los bonsaístas.
¿Cuándo debo trasplantar mi árbol?
Es muy importante no trasplantar el bonsái cuando ya esta haciendo la brotación, con lo cual siempre deberemos anticiparnos a ese momento. Un buen momento suele ser en otoño o finales de invierno, siendo noviembre, octubre o enero los meses preferidos según la especie. De todas formas nosotros no creemos en calendarios de cultivo ya que según los cambios de temperatura, humedad… un árbol puede adelantar o atrasar su bioritmo. En el caso de los trasplantes deberemos fijarnos en cuando el árbol tenga las yemas de los nuevos brotes hinchadas, que parezca que estén a punto de abrirse, ese momento será el ideal para hacer el trasplante.
A parte de lo anterior hay otros síntomas que nos dirán si en el año en cuestión nos tocaría hacer un trasplante, nos podemos fijar en si el bonsái tiene el sustrato saliendo de la maceta por el borde superior, lo cual quiere decir que las raíces están empujado por debajo por falta de espacio. También podemos sacar el bonsái de la maceta si este no se encuentra anclado con alambre. Si vemos un cepellón bien tupido será momento de hacer espacio para que el bonsái pueda crecer en la siguiente brotación.
¿Qué maceta escojo?
Según lo que busquemos deberemos escoger una maceta de un tamaño o otro. Por lo general se usan macetas pequeñas para exposición, y macetas medianas o grandes para cultivo. El tamaño de la maceta también afectará al desarrollo del bonsái, provocando un crecimiento más rápido en macetas grandes y un crecimiento mas relajado pero con abultamiento mayor en el tronco en las macetas pequeñas.
El color también es algo importante si queremos que nuestro bonsái luzca su máximo potencial. Se suele tener en cuenta en si el bonsái hace flor o fruto, así escogeremos un color que vaya acorde. Con bonsáis que no hacen fruto como las coníferas (pinos y juniperus) escogeremos macetas sin esmaltar.
La forma es algo importante según el estilo que queramos dar a nuestro bonsái. Si se trata de un moyogi podemos escoger macetas poco profundas que nos ayuden a crear un buen nebari, ya sea de forma cuadrada, rectangular, redonda… pero si se trata de un cascada deberemos escoger una maceta mas profunda para equilibrar el árbol.
Para cultivo podemos usar macetas de plástico, aunque la durabilidad de esas es baja si tenemos el bonsái en exterior. Las macetas de terracota tienen mas resistencia a los cambios de temperatura y a las heladas. Si buscamos una maceta de exposición final podemos buscar una maceta de autor japonesa o china.
¿Tengo que cambiar el sustrato?
Es importante renovar el sustrato en cada trasplante, ya que este pierde propiedades y se vuelve mas compacto, algo que impedirá que nuestro bonsái de desarrolle correctamente. Para un correcto desarrollo del bonsái necesitamos que el sustrato drene fácilmente sin provocar encharcamiento.
En el mercado tenemos sustratos de alta calidad para que esta compactación no suceda, como es el Akadama. En el caso de la Akadama podremos guardar el sustrato que saquemos para ser utilizado a posteriori en otros trasplantes.
⚠️ Cabe tener en cuenta que algunas especies no soportan bien un cambio total de sustrato, como es el caso de los pinos. En estas especies hay que dejar siempre la parte central de sustrato y solo cambiar la parte externa. Otras, como los ficus o los olmos chinos no tienen este problema.
¿Cómo hay que podar las raíces?
⚠️ No todas las especies permiten poda de raíces. Las coníferas son un claro ejemplo. Esto se debe a que en el caso de las coníferas, sus raíces, solo la punta puede absorber los nutrientes, si cortamos las puntas provocamos que el bonsái deje de recibir alimento. Pero por norma general podremos decir que los caducos soportan mejor las podas de raíces que los de hoja perenne.
Los bonsáis de ficus y bonsáis de olmo chinos tienen un crecimiento muy rápido, permitiendo que podamos hacer podas mas bruscas sin que haya problema alguno. Sus raíces pueden absorber nutrientes desde mucho antes que no las raíces de las coníferas.
Cuando hagamos un trasplante podemos aprovechar para revisar la salud de las raíces. Estas deben contener un buen número de raíces blancas y que sean pequeñas, las cuales llamamos capilares. De no ver este tipo de raíces podría estar indicando que tenemos algún problema de cultivo, con lo cual deberemos revisar agua, luz, temperatura, sustrato… porque algo puede estar bloqueando el crecimiento del árbol.
A su vez deberemos fijarnos en las raíces mas gruesas, llamadas raíces pivotantes. En la naturaleza estas raíces son las encargadas de anclar el árbol en el suelo bajando varios metros bajo tierra buscando agua. En el mundo del bonsái buscamos tener un buen cepellón de raíces capilares, no pivotantes. Deberemos cortarlas lo mas arriba posible para que no altere la forma de nuestro nebari.
Si la especie lo permite podemos cortar las puntas de los capilares, dejando suficiente margen para que el árbol pueda crecer hasta el siguiente trasplante.
⚠️ Si llegamos a cortar raíces también deberemos poder la copa del árbol. Esto es muy importante ya que sino provocaríamos una deshidratación del árbol. El árbol adquiere humedad por las raíces, y evapora por las hojas. Si cortamos raíces deberemos equilibrar cortando hojas por arriba para equilibrar el ciclo.
¿Tengo que dar algún cuidado especial después del trasplante?
Si se ha podado raíces hay que apartar el bonsái de la luz directa del sol durante unos días, y ha poder ser también de corrientes de aire. Hasta que el árbol empiece a estar adaptado al nuevo medio. Hay que tener en cuenta que el trasplante es un proceso traumático para el árbol, con lo cual debemos minimizar el estrés después de ese proceso.
Es importante no abonar después de un trasplante. Debemos esperar a que el árbol empiece a brotar lo cual nos indicará que el árbol ya se siente a gusto en el nuevo sustrato.